Gobiernos de izquierda en América Latina: El desafío del cambio
Descripción
Cuando ya se había proclamado el fin del socialismo, el fin de las ideologías, y “naturalmente” el fin de la historia, en esta última década del siglo XX la izquierda comenzó a triunfar electoralmente: más de sesenta millones de latinoamericanos viven hoy en capitales, estados y municipios gobernados por la izquierda. Al mismo tiempo en que se lleva a cabo la segunda etapa de la reestructuración neoliberal de las economías, de la sociedad y del espacio público; en el que se da un crecimiento exponencial de la corrupción como contracara de las privatizaciones, así como un deterioro insospechado de las condiciones de vida de las mayorías, porciones importantes de la población latinoamericana experimentan una nueva relación entre gobernantes y gobernados, la que interpela los contenidos sociales de las políticas nacionales y replantea el ejercicio democrático. En un inédito escenario de cohabitación política, el crecimiento electoral de la izquierda condiciona las prácticas de todos los actores y del sistema político mismo, lo que proyectará hacia el siglo venidero el ya prolongado problema de la gobernabilidad de las democracias con exclusión social. A su vez, las nievas gestiones de gobierno introducen diversas cuñas en el hermético terreno conceptual forjado en más de 20 años como pensamiento único, al criticar teórica y prácticamente los ejes en que éste se matrizó: la naturaleza y funciones del Estado; la eficacia y eficiencia de los gobiernos y de la administración pública como disciplina; las relaciones entre lo global, lo nacional y lo local; el papel de la ciudadanía, las posibilidades de desarrollo en la crisis, entre otros. Temas sustraídos de la abstracción ideologizante, repensados al calor de las actuales experiencias. Pero también la izquierda se transforma con su nueva etapa del capitalismo mundial y de la crisis del “socialismo real”, con los condicionamientos políticos que surgen de su evidente potencialidad electoral y los originarios en su más reciente posición de administrador público. Viejos y nuevos problemas y debates tensionan sus objetivos políticos, para los que el tiempo de las urgencias sociales latinoamericanas corre en contra.