UAM-X

¿Hasta qué punto los anuncios, del tamaño y la forma que sea y complementados con imágenes de buena o inconcebible factura, son uno de los lenguajes básicos de cualquier ciudad y, viéndolo bien, de cualquier fotografía seleccionada con cuidado? La pregunta es un tanto tardía, y con su trabajo fotográfico, Enrique Bostelmamn la responde ampliamente. Para él, cada recorrido —por México, Cuba, Norteamérica, Grecia, las costas y el desierto— es la oportunidad de hacer a un lado las tradiciones visuales de los lugares y las regiones y buscar por su cuenta, sin pretensión algún a de excentricidad, los depósitos de imágenes a la disposición de los que aprecien la belleza y las paradojas. Él conoce el repertorio aprobado por las generaciones y por su zona profética, las agencias de publicidad, y se aparta de él sin aspavientos. En esta serie excepcional, Bostelmann no se propone una antología de anuncios voluntarios o involuntarios, sino dar su versión de los métodos en que el paisaje urbano o el rural (y cada envío de la mirada en cualquier parte localiza un paisaje) entrega sus confidencias visuales, que si uno sabe ver, ya no nos abandonarán.

En el mundo captado por Bostelmann, sólo no se anuncia el que tiene algo que vender.



Carlos Monsiváis