UAM-X

Educación para el arte en México a principios del siglo XXI
Schara, Julio César

Palabras clave (keywords): Enseñanza del arte, Tradición, Vanguardia, Innovación, Art´s teaching, Tradition, Vanguard, Innovation

 

Reencuentro
No. 27; Abril, 2000
Págs. 25-32


Resumen
La antigua Academia de San Carlos, fundada en 1783 por el Emperador Carlos III, se ha significado por una tendencia histórica que va del conservadurismo, al neo-conservadurismo. En los últimos cincuenta años, se han hecho esfuerzos diversos por introducir en esta academia neoclásica los cambios planteados por las diferentes vanguardias artísticas que se generaron durante el siglo XX. El resultado de esos afanes ha sido la formación de artistas más o menos conservadores que nunca pudieron conquistar un espacio nacional o internacional en la corriente vanguardista. En efecto, los artistas más importantes del siglo XX fueron profundamente tradicionalistas: muralistas a principios de siglo; abstraccionistas informalistas; geometristas en los años sesentas y setentas; sin proyección internacional. La actual Academia, confinada a un espacio marginal de la vida cultural del país, prepara artistas y diseñadores. Los egresados dan la cara a una sociedad sin mercado para el arte, sin interlocutores, sin crítica, aun los graduados de diseño, que sí podrían contar con un mercado de trabajo, se enfrentan al desempleo y los bajos salarios. Los artistas egresados de la Academia deben impulsar las innovaciones pertinentes para llevar a cabo las transformaciones que podrían ser útiles a fin de remediar esta dramática situación. Cambios por la vía de los consensos, lo que implica involucrar a todas las partes. Toda vez que la enseñanza del arte y con ella la reconceptualización de las actividades creadoras y expresivas no pueden desvincularse de la sociedad contemporánea que ha iniciado un nuevo escenario histórico.

Abstract
The very old San Carlos Academy, which was founded in 1783 by the Emperor Carlos III, has shown a historical tendency ranging from conservatism to neo-conservatism. In the last fifty years, various efforts have been made to insert changes proposed by different artistic avant-garde movements of the twentieth century into this neo-classical academy. The result of these efforts has been the creation of quite conservative artists who have never been able to conquer national or international forums within the artistic avant-garde. The most important artists of the twentieth century have been profoundly traditionalist: muralists at the beginning of the century, abstractionists, informalists and geometrists in the sixties and seventies, with no international projection. TodayÂ’s Academy is divided into artists and designers, confined to a marginal space in the cultural life of the country. Graduates face a society where there is no market for art, no interchange, no critics; graduates in design, who should be able to find a work market, face unemployment or poor salaries. The teaching of art and the artists graduating from the Academy should create the innovation needed for changes that could be useful and remedial in this dramatic situation. Such changes should consider the consensus of opinion and this means all sides should be involved. The re-conceptualisation of creative and expressive activities cannot keep itself apart from contemporary society, which has set out on a new historical scene.




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